¿Y si hacemos un recordatorio de cómo se protegían del sol antiguamente? En la antigüedad, hacían uso de guantes, paraguas o mejor dicho parasoles, sombreros y dependiendo de la parte del mundo que vivas utilizaban vestuario que los cubrían de pies a cabeza. En el antiguo Egipto se usaban ungüentos naturales a base de extractos de jazmín, arroz, plantas leguminosas, polvos blancos para cubrir el rostro y otros inventos…
Desde Marte queremos darte unos tips sobre cómo podemos protegernos, por supuesto, llegando a un equilibrio.
Para empezar, hay que tener en cuenta, al igual que se construye una casa que hay que fortalecer bien los cimientos. El ser humano debe gozar de una buena salud para que los elementos externos nos perjudiquen lo menos posible y esa es la mejor barrera protectora.
Lo más recomendando es beber más agua en verano, el cuerpo es sabio y te recomiendo aprender a escucharlo. Aparece la sed, sáciala.
De repente, no nos apetece comer caliente, adapta tu alimentación y da rienda suelta a tu imaginación. Invéntate ensaladas de todo tipo o busca recetas apetecibles para el verano, hoy en día la información está a golpe de click.
Cambia la forma de ducharte, en verano duchas cortas y fresquitas (no heladas). Recuerda aquello de que los excesos no son buenos. Busca siempre un equilibrio en todo, utiliza gorras o sombreros de vez en cuando.
Cambia y adapta tu armario, los colores oscuros atraen más los rayos de sol, utiliza colores claritos siempre que puedas. El lino por excelencia da menos calor y es muy estiloso.
Ve por la sombra siempre que exista, alivia y nos aleja del sofocante calor. Pelo recogido cuando sintamos agobio…
Protegerse no siempre es crema y sombrero, sino que son muchos factores que nos ayudan a combatir veranos calurosos para que la alegría nos acompañe en el proceso. Somos defensores del bienestar y para estar bien tienes que adaptarte lo antes posible a los cambios.
Rutinas sanas, mente sana, cuerpo sano.
Como siempre…
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